Vivimos en un mundo al revés, no hace falta ser muy listo para darse cuenta de eso. En lugar de trabajar para vivir, que sería lo justo, vivimos para el trabajo; y en lugar de salir al mundo a descubrir de nuevo las cataratas de Iguazú –bonita excursión– esperamos que las cataratas vengan hasta nosotros a través del televisor. Encontraríamos muchos más ejemplos. El dibujanteáMiguel Calatayud, continuando la tradición de los grabados populares que desde siempre han descrito con mucho humor este mundo nuestro puesto patas arriba, ha juntado enáEl mundo al revéscuarenta escenas sorprendentes que aspiran a hacernos pensar tanto como a divertirnos.